Por Mauro Charvey, Wine Market
Imaginaste esto: estás disfrutando de una copa de vino en una noche tranquila, y te enteras de que quizás debas agradecerles a los dinosaurios por ese placer. No, no es una locura. Según un estudio reciente publicado en Nature Plants, la extinción masiva de los dinosaurios podría haber jugado un papel crucial en la propagación de las uvas por el planeta.
Científicos de varias universidades estadounidenses han descubierto semillas de uva fósiles en Colombia, Panamá y Perú, que datan de entre 60 y 19 millones de años. Estas semillas, las más antiguas jamás encontradas en el hemisferio occidental, nos cuentan una historia fascinante sobre cómo la desaparición de los dinosaurios allanó el camino para la expansión de las vides.
Un Viaje en el Tiempo
Tras el catastrófico impacto de un asteroide hace 66 millones de años, el mundo experimentó una transformación radical. Con la desaparición de los grandes dinosaurios, nuevos ecosistemas empezaron a formarse. Fabiany Herrera, curador asistente de paleobotánica en el Field Museum de Chicago, explica que este evento permitió que las vides se propagaran y prosperaran en los nuevos bosques densos que surgieron.
Es raro encontrar fósiles de tejidos blandos como las frutas, pero las semillas tienen más probabilidades de fosilizarse. Los hallazgos más antiguos de semillas de uva, descubiertos en India, tienen 66 millones de años de antigüedad. No es coincidencia que las uvas aparecieran en el registro fósil justo después de la extinción masiva: este evento transformó los bosques, permitiendo que plantas como las vides trepadoras encontraran su lugar.
Un Hallazgo Emocionante en los Andes
En 2022, durante una expedición en los Andes colombianos, Herrera y su colega Mónica Carvalho hicieron un descubrimiento emocionante. Entre las rocas de 60 millones de años, encontraron una semilla de uva fósil, la primera de su tipo en América del Sur. Este hallazgo no solo representa un hito en la paleobotánica, sino que también nos da pistas sobre el origen sudamericano de algunas especies de vides.
Herrera y su equipo identificaron la semilla como Lithouva susmanii, en honor a Arthur T. Susman, un apoyo clave en la paleobotánica sudamericana. Este fósil, junto con otros encontrados en Colombia, Panamá y Perú, nos cuenta la historia de cómo las uvas se dispersaron y adaptaron a lo largo de millones de años.
El Resiliente Viaje de las Uvas
Las semillas fósiles revelan no solo la dispersión de las uvas, sino también las extinciones y adaptaciones que han enfrentado. Algunas especies, hoy exclusivas del hemisferio oriental, tienen parientes lejanos en estos fósiles, mostrando un viaje evolutivo tumultuoso pero resiliente.
Para los amantes del vino, este descubrimiento es un recordatorio de la profunda conexión entre la historia de la Tierra y nuestras bebidas favoritas. Así que, la próxima vez que disfrutes de una copa de vino, brinda por los dinosaurios y por el increíble viaje de las vides a través del tiempo.
Fuentes: Fabiany Herrera (Field Museum), Mónica Carvalho (Universidad de Michigan), Gregory Stull (Museo Nacional de Historia Natural, Instituto Smithsoniano), Carlos Jaramillo (Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales) y Steven Manchester (Museo de Historia Natural de Florida, Universidad de Florida). Más información en Field Museum.
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