Viñedos solares: Innovación y Tradición en la vitivinicultura Chilena | El magazine de vinos, gastronomía y lifestyle para las mentes inquietas

Viñedos solares: Innovación y Tradición en la vitivinicultura Chilena

Reconocida por su inquebrantable compromiso con la excelencia, y en una constante búsqueda por encontrar la mejor expresión del Cabernet Sauvignon de la D.O. Puente Alto, Viña Don Melchor presenta su último e innovador proyecto: el viñedo solar.

Guiado por el visionario liderazgo de su CEO y Director Técnico Enrique Tirado, este viñedo es un camino para continuar avanzando en el ámbito de la sustentabilidad, la preservación de la biodiversidad en el viñedo y en cómo hacer frente a los nuevos desafíos planteados por el cambio climático, así como también ser un aporte a la ciencia y una fuente importante de información en relación al cultivo de la vid.

Este proyecto del viñedo solar de Don Melchor nace el año 2018 cuando lo plantamos. Este viñedo está plantado en una disposición radial, cada seis grados hay una hilera distinta, (por lo tanto tenemos un experimento de orientación y a la vez hay una experimentación de distancia entre las plantas. (Estamos captando mucha información que finalmente nos va a permitir conocer más de este terroir y encontrar la mejor calidad de este viñedo.

La viticultura es un arte en constante evolución, y en la búsqueda por perfeccionarlo, algunos pioneros como Enrique Tirado, enólogo de Don Melchor, están llevando la investigación a un nuevo nivel. En su relato sobre los «Viñedos del Sol», Tirado nos revela cómo un pequeño experimento puede generar un impacto profundo en la viticultura del futuro.

El Experimento de los Viñedos del Sol

Enrique Tirado y su equipo han desarrollado un proyecto de investigación único, conocido como «Viñedos del Sol». Este experimento tiene como objetivo explorar cómo diferentes factores —como la orientación de las plantas, la densidad entre hileras y las condiciones climáticas— afectan la producción de uvas en términos de sabor, aroma y compuestos fenólicos.

En palabras de Tirado: «No podemos cambiar la dirección del viñedo antiguo, pero sí podemos cambiar la orientación de los brotes, cómo manejar el follaje, cómo manejar la poda, para quizás lograr algunas condiciones que antes era muy difícil medir». Esta reflexión destaca la capacidad de los «Viñedos del Sol» para aportar conocimientos aplicables tanto a la viticultura moderna como a la tradicional.

Datos que Iluminan el Futuro

La colaboración con el Centro de Investigación y Desarrollo de Confituro y la UBA ha permitido al equipo de Don Melchor acumular una gran cantidad de datos precisos. «Medimos radiación, temperatura, fotosíntesis, y obtenemos miles de datos», explica Tirado. Estos datos no solo son valiosos para entender las condiciones actuales, sino que también ofrecen una ventana hacia cómo podrían ser los viñedos del futuro.

Tirado subraya que este experimento «es una fuente de información increíble» y que los resultados obtenidos no solo sirven para diseñar nuevos viñedos, sino también para optimizar el manejo de los viñedos antiguos que ya tienen décadas de vida.

Adaptación al Cambio Climático

El cambio climático es un desafío que afecta a todos los sectores agrícolas, y la viticultura no es la excepción. Sin embargo, la ubicación de Puente Alto, moderada por la influencia de los Andes, ofrece cierta protección contra los cambios más extremos. Aun así, Tirado reconoce que «podemos tener dos grados de diferencia a nivel de crecimiento» entre distintas orientaciones en un mismo viñedo, lo que demuestra la importancia de estos estudios para adaptarse a las nuevas realidades climáticas.

El trabajo en los «Viñedos del Sol» es un ejemplo inspirador de cómo la investigación y la innovación pueden coexistir con la tradición. Enrique Tirado y su equipo están no solo construyendo el viñedo del futuro, sino también mejorando los métodos de cultivo tradicionales con la ayuda de tecnología de punta y una profunda comprensión de la naturaleza.

Con el cambio climático y las condiciones cada vez más impredecibles, proyectos como este son fundamentales para asegurar la calidad y sostenibilidad de los vinos chilenos en las próximas décadas. Como concluye Tirado, «Realmente no me imaginaba todo lo que íbamos a aprender y conocer con este experimento… estamos muy contentos».