La falta de provisión de botellas para vinos en el mercado local, lejos de solucionarse, se agravó aún más en el último tiempo.
El incendio que registró hace casi dos meses la fábrica de Verallia, en Mendoza, que aportaba casi la mitad de las botellas al mercado, terminó de complicar la situación, a tal punto que importantes bodegas debieron discontinuar productos, cambiar formatos y colores de envases e, incluso, rechazar ventas a canales antes de las Fiestas.
En general, la mayoría trata de reservar estos envases para los vinos de mayor gama, que dejan más rentabilidad, y evalúan cómo resolver el problema implementando algunos cambios en los de menor gama.
El problema, que ya se hizo notar el verano pasado pero se agravó con el paso de los meses. Y, si bien, la cristalería nacional Cattorini Hermanos, que aportaba casi la otra mitad de la demanda local, sumó un horno adicional recientemente para ampliar la fabricación de botellas, la falta afecta a todas las bodegas, desde las grandes hasta las chicas.
Y como Verallia tiene previsto parar algunas de sus máquinas en enero y febrero, por parada técnica, se estima que estos envases escasearán aún más.
«La capacidad de producción de botellas no va en línea con la demanda de la industria. La escasez comenzó hace un año y medio, pero el incendio de Verallia, hace dos meses, lo agravó y no pueden aumentar rápidamente la producción, eso lleva tiempo. Faltan de 20% a 30% de las botellas que necesita la industria»
Si bien la mayoría salió a buscar botellas a países de la región, fueron pocas las posibilidades de importar, ya que hay escasez en América latina, pero también a nivel global, tras el crecimiento de la demanda durante la pandemia.
De hecho, Bodegas de Argentina se reunió con el secretario de Industria, Ariel Schale para solicitar al Gobierno que se eliminen en forma temporal los aranceles a la importación y la tasa de estadística, que le agrega un 13% al costo de ingresar botellas al país, según comentó Francisco Do Pico, vicepresidente de esa cámara del sector.
«Quedaron en analizarlo. Las bodegas de otros países también están padeciendo la misma restricción, excede a lo local. Siempre se operó al límite del abastecimiento de botellas, es una industria que requiere mucha inversión para ampliar capacidad. Estimamos que van a faltar entre 50 y 100 millones de botellas en los próximos 12 meses», agregó Do Pico.
«En todo el mundo faltan envases de vidrio. Hubo un acuerdo del Gobierno de Mendoza y del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) con Cattorini para proveer 2 millones de envases a bodegas chicas, a las que les cuesta más acceder a esos envases. Muchas empresas salieron a buscar botellas afuera y están importando, a un costo más alto que el local, pero faltan en el mundo y tampoco es fácil conseguirlas. Por eso, algunas bodegas están tratando de utilizar, para algunos productos, envases alternativos, como la lata o el Bag in box, aunque aún los consumidores no son tan abiertos a cambiar de envase, especialmente en este último, que no conocen».
La escasez genera un aumento mayor de los precios de las botellas, por una mayor demanda a la oferta disponible. «Los valores aumentaron un 15% por encima de la inflación y eso incide en los precios al público, en un contexto donde el poder adquisitivo está muy golpeado, y se evidencia en la caída del consumo este año, no sólo contra 2020, cuando había crecido mucho por los nuevos hábitos en pandemia, sino frente a 2019, cuando el precio relativo del vino era bajo frente a otras bebidas», explicó Villanueva.
De hecho, entre enero y septiembre, se redujo un 13,2% el consumo de vino en el país, con una baja de 10,7% en botella, sobre todo por el mayor retroceso de las Magnum (de 1000 a 1500 cm3), que cuestan conseguirse, con una caída de 26,2%, mientras que las tradicionales de 650 a 750 cm3 avanzaron un leve un 1%, según datos del INV.
En tanto, los tetra-brik disminuyeron 18%, pero, por otro lado, crecieron otros envases alternativos a la botella: los Bag in Box (cajas de 3 a 5 litros, con una bolsa de vacío en su interior que impide que el vino se oxide y una válvula por la que se sirve) treparon un 94,6%, desde una base chica; y las latas, nada menos que un 75,7%, al sumar más oferta de marcas y variedades, con nuevos lanzamientos.
Fuente: INFO Negocios El Cronista