Ya nada deja de sorprendernos, y menos cuando vemos el anuncio de Lo de granado, empresa pionera del sector en aceptar entre otras monedas los Bitcoin.
Pero este movimiento no se esta dando en las tiendas, días atrás, el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa, firmó un acta compromiso con Mike Barrow, titular de la empresa OpenVino, que tiene base en Mendoza y es pionera en el mundo en aplicar blockchain y tokenizar el vino. El objetivo del acuerdo es facilitar el acceso a bodegas del país a los servicios que brinda esa plataforma. El INV no intervendrá en las relaciones comerciales, sino que validará la información sobre las bodegas y sobre la autenticidad y calidad del vino que esas empresas quieran tokenizar.
El acuerdo tiene como objetivo establecer una relación de colaboración entre el INV y OpenVino, a fin de facilitar el acceso a las bodegas argentinas a los servicios que brinda esa plataforma a través de su módulo de tokenización. Ese módulo consiste en la creación de un token que se comercializa con la criptomoneda Etherium, con código abierto, transparente y respaldado por vino, en carácter de NFT (token no fungible). Este sistema, según explicaron Hinojosa y Mike Barrow, titular de OpenVino, tiene gran potencial para generar un nuevo canal comercial para los vinos argentinos, utilizando tecnologías de vanguardia.
-¿Cómo funciona, cómo se pone en el mercado vitual la criptomoneda?
-Nosotros cosechamos la uva a fin de marzo y vinificamos con un método natural. Hasta aquí no hay nada excepcional. Una vez que terminamos de prensar y sabemos la cantidad de litros que hay, que declaramos ese dato de tantos litros en esa producción anual al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), con esa cantidad de vino, que es un bien controlado, podemos sacar un cálculo de cuántas botellas tendremos. Por ejemplo, este año produjimos 9.100 litros y estimamos 12.121 botellas.
El 6/5/21, con los 9.100 litros que produjimos y declaramos al INV, vamos a obtener 12.121 botellas que estarán listas para beber y entregar, ‘tokenizadas’, dentro de 3 años, luego de un año en tanque y barrica y 2 años en botella».
MIKE BARROW
-Entonces, sabiendo cuántas botellas va a haber de ese vino, y sabiendo que ese vino necesita 3 años de guarda antes de estar listo para beberlo, con un año en tanque y barrica y 2 años en botella, a partir de ahí, haremos una emisión de 12.121 criptomonedas que se llaman MTB21. El vino se llama «Mike Tango Bravo» y «MTB21» es el nombre del token.
A partir del mediodía de ese día, la gente puede comprar esas criptomonedas (tokens de MTB21) y bajarlos a su monedero en su smartphone o computadora… Las botellas salen a precio de costo, por ejemplo este año sale $440 la botella. Los tokens tienen 10 años de vida, de los cuales 3 años corresponden a la guarda del vino. A partir de ahí, podés guardar tu token otros 7 años o cambiarlo por el producto a través de nuestra página de OpenVino Exchange, en ese momento del cambio el token «se quema», cómo se dice en la jerga.
-¿Qué otras operaciones y transacciones se pueden hacer con los token?
-Este año, los token se pueden vender, no solamente comprar. De este modo se genera una dinámica de compra-venta, donde la presión de venta o de compra hace cambiar el precio, funciona como una bolsa. El 6/5/21 se compra a $441, pero luego va a subiendo el precio, y el dueño del token puede decidir venderlos.
Nuestro primer año «toquenizado» fue el 2018, el 6/5/18 salió la primer criptomoneda respaldada por vino en el mundo, a un valor de $97 + IVA (en total, $118), y con el tiempo fue bajando y subiendo, cambiando el precio… Hoy esos tokens están valorizados a U$S35 cada uno.