Más allá del día establecido por el lugar, lo cierto es que, aunque no se conozcan bien los motivos que originan su celebración, este momento se presenta ideal para aclarar algunos supuestos sobre este tipo de productos que, por sus características, se presentan como frutales, de baja graduación alcohólica y fáciles de tomar. En la actualidad es reconocido como un vino de alta calidad y su consumo es una tendencia a nivel mundial.
MITOS Y VERDADES DEL ROSADO
El vino rosado no se produce mezclando blanco y tinto. Es algo habitual pensarlo así. Sin embargo, el proceso de elaboración del rosado nunca ha residido en la mezcla entre vinos para rebajar su sabor y color.
El vino rosado no se elabora de uvas rosadas. La mayoría del vino rosado se produce a partir de una maceración ligera de uvas tintas. En este sentido, al tratarse de vinos más delicados, los rosados requieren de uvas de máxima calidad y mayor higiene posible en su proceso de elaboración.
El vino rosado no está pensado para quien no le gusta el vino. Pocos vinos aportan mayor placer que un buen rosado, en una calurosa noche de verano, por ejemplo. Es sabido que cada vino tiene su momento y el amante del vino sabe encontrarlo.
El vino rosado no es un vino poco valorado, como muchas veces se piensa. En Francia, por ejemplo, cuna del vino de calidad, se consume más vino rosado que blanco. El rosado es tendencia en el mundo. El vino rosado es un tipo más de vino, con interesantes matices, aromas y sabores, que no poseen blancos o tintos, ofreciendo además maridajes únicos que no ofrecen otros vinos.
La calidad del vino rosado no viene dada por su color. Esta discriminación es causada, como otros muchos aspectos del sector, a los prejuicios y falsas creencias. De hecho, los vinos más apreciados son los asalmonados.
Hay grandes vinos rosados. Existen en la actualidad grandes vinos rosados elaborados por cantidades de bodegas de todas las regiones vitivinícolas del mundo.
El vino rosado es un vino con personalidad. El rosado es el vino de la noche de verano, de la copa entre amigos, incluso de la copa después de cenar o de media tarde en un entorno similar al de la copa de espumante. Si algo posee el rosado es una gran versatilidad y capacidad de adaptarse a cualquier situación.
El vino rosado es un vino para comer. Pocos vinos acompañan mejor una ensalada, una pasta ligera o una paella que el rosado. Ideal con arroz y mariscos o pescados a la brasa. Sus propiedades y frescor le permiten maridar con una amplia variedad de platos.
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