Día del Sauvignon Blanc: algunas curiosidades que no sabías de esta cepa | El magazine de vinos, gastronomía y lifestyle para las mentes inquietas

Attractive woman smelling the wine before degustation

Día del Sauvignon Blanc: algunas curiosidades que no sabías de esta cepa

El primer viernes de mayo el mundo entero celebra el Día del Sauvignon Blanc, un vino blanco que ofrece una amplia gama de estilo y de sabores según el terroir en que se origine.

Este popular blanco cuenta con una serie de características y curiosidades, no tan conocidas por todos sus consumidores.

La cepa Sauvignon Blanc es originaria de la región francesa de Burdeos.  Las investigaciones señalan que su nacimiento se remonta al siglo XVIII, coincidiendo con la plantación de Cabernet Franc.

Su nombre proviene de las palabras francesas sauvage, que significa salvaje, y blanc, que significa blanco: es decir, es el blanco salvaje.

Se dice que es la madre del Cabernet Sauvignon, ya que este vino nace del cruce entre Sauvignon Blanc y Cabernet Franc. En el Cabernet encontramos muchos aromas comunes con los del Sauvignon Blanc, hecho que se debe a las pirazinas, compuestos aromáticos que dan al vino aromas de pimiento verde, espárrago y hierba.

La cepa es la octava uva de vino más plantada del mundo, se cultiva en muchos países y cada lugar le da a la uva un sabor distinto y carácter propio de cada valle. En Chile es la segunda cepa más plantada, después del Cabernet Sauvignon.

La chilena es una variedad introducida durante el siglo XIX. En efecto, recién en 1830, Claudio Gay, y luego Silvestre Ochagavía, en 1854, importaron cepas francesas, entre las cuales se encontraba la Sauvignon Blanc y muchas otras más.

Gracias a sus características herbáceas, este vino marida bien con cualquier comida que contenga hierbas. Si la preparación tiene albahaca, menta, cilantro, perejil o romero, es probable que el Sauvignon Blanc sea un vino blanco excelente para acompañarlo.

Si bien es un vino que debe servirse frío es importante que no esté demasiado helado ya que los aromas y sabores se neutralizan, dejando de apreciarse la intensidad que los caracteriza. Lo anterior se debe a que los alimentos o líquidos muy helados tienden a anestesiar las papilas gustativas, impidiendo que los sabores se sientan de forma correcta.

Es por eso que el mejor rango de temperatura es de 10 a 12 °C, que se puede lograr con dos horas en el refrigerador o de 30 a 40 minutos en un baño de agua helada en la frapera.