equipo enológico de Altos Las Hormigas ideó un vino versátil y sin pretensiones, ideal para ser servido en jarra pingüino, evocando las raíces de la mesa compartida. “Se trata de un vino que invita a ser degustado de una manera descontracturada. Es para tomar hoy, no para guardar o envejecer; es más frutal y con menos madera”, comenta Antonio Morescalchi, fundador de la bodega.
Las tres variedades utilizadas -Malbec, Bonarda y Semillón- provienen de Luján de Cuyo y son todas cosechadas a mano. El resultado es un vino con aromas a frutillas, higos y hierbas. Tiene un sabor delicado y un toque de acidez, lo que lo hace ideal para acompañar platos mediterráneos, especialmente aquellos con berenjena y tomate.
La etiqueta fue creada exclusivamente por la diseñadora francesa Laurence Chenè, quien logró un resultado con tonos de simpatía y alegría, todo lo que el vino despierta al tomarlo.
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