...Tenes vino Borgoña? | El magazine de vinos, gastronomía y lifestyle para las mentes inquietas

…Tenes vino Borgoña?

Una y mil veces los que tenemos una tienda de vinos escuchamos esta pregunta: …Hola, tenes vino borgoña? hoy rompemos mitos y echamos un manto de claridad al tema

Sin dudas, es uno de los nombres más conocidos entre los vinos nacionales, y más consumidos, desde hace muchos años. Pero, ¿qué es realmente el vino borgoña?, ¿existe el borgoña argentino, o es meramente un nombre de fantasía?

Comencemos por explicar qué es realmente Borgoña: se trata de una de las Denominaciones de Origen más prestigiosas de Francia y del mundo, ubicada en el centro-este de ese país. Dicha región está caracterizada por la altísima calidad de sus vinos Pinot Noir y Chardonnay, donde gracias a sus condiciones agro-climáticas entrega vinos caratulados como los mejores del planeta (y más costosos también).

Las siglas que identifican a una Denominación de Origen Controlada son D.O.C. (o A.O.C. en francés, Appellation d’Origine Contrôlée). Básicamente, en el caso de los vinos, estas especificaciones geográficas garantizan que el producto está realizado bajo las normas que regulan dicha D.O.C., con uvas procedentes de esa zona o región, respetando los rendimientos y la forma de plantación de las vides, junto con métodos enológicos estipulados a seguir.

Cada D.O.C. cuenta con sus organismos controladores que aseguran y avalan el cumplimiento de las normas que la reglamentan, obteniendo así un valor agregado y garantizado. En el caso de Borgoña, es una región de aproximadamente 28.000 hectáreas, que incluye alrededor de 100 sub-denominaciones de diverso prestigio dentro de ella, y cuenta con un 45% de su superficie total plantada con uvas tintas, y el 55% restante con uvas blancas.

Se trata, claramente, de una de las “mecas” vitivinícolas del mundo. Entonces, primer punto aclarado: Borgoña no es un tipo de uva, es una región. Como tampoco son un tipo de uva Chablis, Champagne, Margaux o Pomerol, todas son regiones o sub-zonas de Francia. Del mismo modo, pero a la inversa de lo anterior, Garnacha no es un tipo de vino, sino un tipo de uva española. Sucede que el mercado y los nombres comerciales, muchas veces tienden a confundir.

Algo por el estilo sucedió en la confrontación española-argentina por el nombre “La Rioja”, ya que España posee una D.O.C. muy prestigiosa así llamada, y Argentina tiene una provincia homónima, donde también se elabora mucho vino. En este caso particular, lo que se intentaba, era la protección y el reconocimiento de “La Rioja” como nombre exclusivo en materia de vinos, y que ninguno que se produjese fuera de la región pudiese llevar ese rótulo. Como en su momento ocurrió con Champagne.

A raíz de esto último, los vinos de ese estilo en Argentina tuvieron que dejar de lado el rótulo de “Champagne”, para pasar a denominarse “Espumante”. Y está mal, porque si vamos a llamar a las cosas por su nombre, el correcto es “Espumoso”. Un líquido espumante es aquel capaz de producir espuma, como el detergente. Estos tipos de vinos, ya tienen su espuma incorporada. Por el mismo motivo, a las bebidas gaseosas se las califica así, y no como “gaseantes”. Idéntica situación debería acontecer con los espumosos.

Pero volviendo a lo anterior…¿qué es entonces el “borgoña argentino” o “nuestro borgoña”? Es solamente una inscripción comercial, un nombre de fantasía, algo que no existe como tal. Como vimos en columnas anteriores, la cultura del vino en Argentina se vio fuertemente influenciada por Europa (recordar el ejemplo del “Carlón”). Cuando comenzó a incrementarse la producción local, los bodegueros intentaron enlazar o conectar al consumidor con los nombres de los vinos europeos, para darle a entender que seguían siendo los mismos, sólo que hechos a 11.000 kilómetros de distancia de aquellos.

Obviamente, no eran lo mismo. Lentamente, Argentina logró un gran y notable éxito con sus vinos, llevando adelante una identidad propia. Para terminar, citamos que el “borgoña argentino”, empezó antaño siendo generalmente un blend o corte tinto de las variedades Malbec, Bonarda, Merlot y Cabernet Sauvignon; para pasar posteriormente a estar compuesto de Bonarda, Sangiovese y Malbec, o también con la variante de Bonarda, Syrah y Malbec. Poco o nada que ver con los vinos franceses de Borgoña.